El pleno del Cabildo de Lanzarote y La Graciosa debería ser un espacio de debate, discrepancia y construcción democrática. Sin embargo, sesión tras sesión aquellos y aquellas que sufrimos con su presencia siempre y cuando su intensa agenda le permite acudir a los plenos de la primera institución insular , nos encontramos con un escenario cada vez más difícil de gestionar: interrupciones constantes, faltas de respeto y una actitud de superioridad que roza el autoritarismo por parte de alguien que parece creerse dueña absoluta de la verdad, repartiendo carné de izquierda , igualdad y feminismo.
No se trata de una cuestión ideológica ni de una batalla partidista, sino de algo mucho más grave: el desprecio por los demás en el debate democrático. Cuando alguien interrumpe sin cesar, descalifica y pretende imponer su discurso por encima del reglamento y del respeto a los tiempos de intervención, lo que demuestra no es fortaleza.
A pesar de su larga experiencia en cargos políticos muy importantes, sigue confundiendo el pleno con el patio de un colegio donde pareciera convertirse en la “líder malota” y esperara a que algunos de sus compañeros y compañeras fieles seguidores, le rían la gracieta y le aplaudan cada salida de tono.
La política no es un juego de egos ni un concurso de popularidad, no estamos para ver quién grita más alto o quién acapara más minutos de palabra, ni quién hace la mueca más divertida cuando el otro tiene el turno de intervención. «Debata , exponga lo que crea , pero permita que los demás argumentemos nuestras ideas sin que intente ridiculizarlas, tenga solo el mínimo respeto del que siempre le he tenido a usted y a su partido»
Los 23 que nos sentamos en el salón de plenos, tenemos el mismo derecho a expresarnos sin ser interrumpidos ni menospreciados. No estamos aquí para hacer lo que usted quiera, ni para asentir a sus exigencias como si fueran mandamientos divinos. La democracia se basa en el respeto y en el diálogo, no en la imposición.
El pleno del Cabildo de Lanzarote debe ser un espacio de seriedad y dignidad. Créame , no podemos seguir perdiendo el tiempo en protagonismos individuales absurdos, alimentados por egos desmedidos de los que no respetan. La sociedad está cansada de teatrillos y postureos impostados para quedar «chachi y progre» en un vídeo o una intervención , la sociedad exige responsabilidad, altura política y soluciones concretas, no espectáculos lamentables. Y por mucho que algunos intenten monopolizar el debate, aquí estamos y seguiremos estando, defendiendo nuestra voz aunque a usted mi siempre respetada consejera , diputada del reino de España y Secretaria General le pueda parecer mal.


Deja un comentario