Hoy es un día especial para Lanzarote. La Escultura de la Fecundidad, una de las obras más representativas de César Manrique, ha sido reinaugurada en el Monumento al Campesino, devolviendo a la isla un símbolo de creatividad, tradición y esfuerzo colectivo.
Esta escultura, con sus 15 metros de altura, evoca la fertilidad de la tierra y la lucha incansable del campesino lanzaroteño frente a un entorno árido y desafiante. Sin embargo, más allá de su importancia como homenaje, su diseño y significado han sido motivo de debate desde su creación.
Por un lado, la obra encarna el espíritu innovador de Manrique: formas abstractas, materiales reutilizados y una fuerte vinculación con la identidad de Lanzarote. Su impacto visual es innegable y para muchos representa una muestra de genialidad artística.
No obstante, no todos la perciben de la misma manera. Hay quienes consideran que su estilo vanguardista dificulta la conexión con la realidad histórica del campesinado. Su abstracción puede hacer que el mensaje no sea tan evidente, y la falta de información en el lugar contribuye a la confusión de algunos visitantes.
Otro punto clave es su conservación. Con el paso del tiempo, el deterioro ha hecho necesarias intervenciones que han generado dudas sobre si se ha logrado mantener la esencia original de la obra sin alteraciones.
Más allá de cualquier debate, lo cierto es que la Escultura de la Fecundidad sigue siendo un elemento fundamental del legado de Manrique y de la identidad cultural de Lanzarote. Hoy, restaurada y reluciente, vuelve a ocupar su lugar como testigo del ingenio y la resistencia de esta tierra y su gente.


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