El proyecto Arrecife. Capital de la Biosfera propone pensar el futuro de Arrecife interviniendo en tres ecologías: la pluvial (agua), la movilidad sostenible de vecinos y visitantes (humana) y la participación ciudadana (gobernanza). Esta propuesta se suma a otras iniciativas dadas a conocer con anterioridad. La primera acción apuesta por resolver el problema de las inundaciones con infraestructuras verdes que filtren y almacenen en origen las aguas de lluvia, replicando así su ciclo natural. El resultado son cuatro Caminos del Agua que funcionan además como parques lineales. Este es un primer paso para hacer funcionar Arrecife como un ecosistema en equilibrio dinámico con la Isla y
con la biosfera. La segunda intervención apuesta por un modelo de movilidad integral y equitativo que priorice los modos ligeros y públicos. Propone dos escalas diferenciadas: una urbana, que pone en carga la Circunvalación y la Medular para canalizar los desplazamientos rápidos y motorizados, y otra a
nivel de barrio, más amable, doméstica e inclusiva. Finalmente,la tercera actuación sería la puesta en marcha de un modelo de gobernanza urbana que recupere los compromisos asumidos en la declaración como Reserva de la Biosfera y movilice la participación del conjunto de la sociedad de Lanzarote y de su capital.

Arrecife. Capital de la Reserva de la Biosfera es un proyecto coordinado por la Reserva de la Biosfera del Cabildo de Lanzarote. Su ámbito de actuación es la ciudad de Arrecife y su objetivo alinear la planificación y diseño de la capital de la Isla con los principios suscritos en la declaración de Lanzarote como Reserva
de la Biosfera (Unesco, 1993).
La historia de Lanzarote se escribe en gran parte con el esfuerzo e ingenio
ecológico desplegados por sus habitantes para conseguir agua. La colección de
infraestructuras hidrológicas resultante en forma de aljibes, maretas, gavias y
gerias, constituye un magnífico ejemplo de cómo construir y adaptar un territorio
árido para la vida humana.

Arrecife está situada en la parte intermedia de la vertiente sur, en la cuenca que
conforma la espina montañosa que atraviesa longitudinalmente la Isla a su encuentro con el mar. Históricamente, los vecinos de la capital han sabido aprovechar las escorrentías y veredas por las que corría el agua de lluvia. Esta cultura del territorio ha ido perdiéndose progresivamente y tiene una de sus principales expresiones en el urbanismo desnaturalizado de la capital. Actualmente, Arrecife se inunda varias veces al año.
Arrecife. Capital de la Reserva de la Biosfera comienza con un programa de paseos por la ciudad. El análisis a pie ha permitido descubrir patrones sociales y
territoriales que los mapas al uso ignoran: antiguas veredas, canalizaciones, zonas que se inundan frecuentemente y aljibes abandonados que dibujan la estructura fragmentada y discontinua de su desagüe natural.

Inspirados en la cultura del diseño con la naturaleza idiosincrática de Lanzarote,
el proyecto apuesta por la recuperación de las escorrentías y la reconstrucción de los tramos perdidos con trazados alternativos. El resultado son cuatro veredas que atraviesan la ciudad de norte a sur y que hemos llamado Caminos del Agua.
Los Caminos del Agua son infraestructuras verdes que filtran y almacenan en origen las pluviales. Funcionan como esponjas, evitando las inundaciones y los costosos procesos de canalización, depuración y vertido al mar de las infraestructuras convencionales. Estas soluciones de drenaje sostenible dan forma a cuatro parques lineales equipados con jardines, ofertas recreativas y senderos peatonales que conectan unos barrios con otros hasta alcanzar la marina.
Los cuatro Caminos del Agua recorren transversalmente la ciudad. Se cruzan con la Vía Medular y la Circunvalación, los dos ejes de tráfico rodado que la recorren longitudinalmente. El resultado es una combinación de dos infraestructuras, una “verde” y otra “gris”, que dibuja una trama urbana con cuatro parques lineales y dos viales que circunvalan Arrecife. El frente marítimo, transformado en zona peatonal, completa la retícula de paseos de la ciudad.
El encuentro de los Caminos del Agua con la Vía Medular y la Circunvalación se
aprovecha para localizar los Nodos-Plaza: espacios públicos con sombra y vegetación que sirven de intercambiadores de transporte al aire libre y que podrán alojar cafeterías y otros servicios. Los siete Nodos-Plaza resultantes permiten combinar distintos modos de transporte: público y privado, pesado y ligero, motorizado y peatonal. Junto con la Medular y la Circunvalación, los cuatro Caminos del Agua liberan a los barrios del tráfico urbano, e impulsan su rehabilitación eco-social. El concepto de Barrio Eco-social implica procesos de planificación participada para la implantación de servicios urbanos de cercanía, equipamientos comunitarios, calles inclusivas con velocidad limitada y mejora del espacio público, así como desarrollo de infraestructuras verdes para la generación distribuida de energías limpias, huertos urbanos, depuración
natural de las aguas negras y grises y reciclado de residuos orgánicos.
El proyecto contempla acciones de menor escala que incluyen, aproximadamente, cuarenta Bioesquinas, unas plataformas cívicas que permiten a los vecinos de cada calle ocupar una de cada cinco plazas de aparcamiento con usos alternativos como jardines vecinales, zonas infantiles y bancos a la sombra. Nuevas plazas públicas y caminos escolares seguros que conectan peatonalmente los Nodos-Plaza con los institutos y colegios. Un Parque de Bio-retención en la parte alta de la ciudad, completa las acciones propuestas.


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