La apertura hoy de Empanadas Malvón en el centro comercial Open Mall Arrecife no es solo una noticia para los amantes de la gastronomía entre los que me incluyo, sino también un paso relevante para el tejido comercial de la capital y, por extensión, de toda la isla. Como consejero de Hostelería y Comercio del Cabildo de Lanzarote, celebro la llegada de nuevos establecimientos que amplían la variedad de productos y experiencias disponibles para residentes y visitantes, especialmente cuando lo hacen con una propuesta tan definida y cuidada como la de Malvón.

La marca, que en pocos años ha logrado consolidarse en otras localidades gracias a su apuesta por las empanadas argentinas elaboradas a mano, presenta en Arrecife una carta amplia que combina tradición y creatividad. Más de veinte sabores distintos desde los clásicos de carne y pollo hasta opciones más contemporáneas, vegetarianas y gourmet ofrecen una alternativa gastronómica atractiva y accesible para distintos perfiles de público. Su éxito radica en algo muy sencillo, pero no tan fácil de encontrar hoy en día: respetar un producto humilde y darle identidad propia.

Como aficionado a la cocina y a descubrir nuevas propuestas, tuve la oportunidad de probar varias de sus empanadas durante la apertura. La de carne suave con pimiento , aceituna , huevo destaca por su sabor equilibrado y por una masa fina que soporta un relleno jugoso sin romperse, un detalle que revela el cuidado artesanal que defienden. La de Frankfurt , salsa blanca , mostaza , con cebolla caramelizada, por otro lado, aporta un toque más sofisticado sin perder la esencia de la empanada tradicional. Y la de jamón y queso aparentemente sencilla es de esas que recuerdan que lo básico, cuando se hace bien, puede ser extraordinariamente sabroso.

El local, integrado en la zona de restauración de Open Mall, mantiene una estética limpia y funcional, pensada tanto para quienes buscan un bocado rápido como para quienes desean llevarse una caja variada a casa. Este tipo de negocios, que combinan calidad, cercanía y rapidez, encajan perfectamente con las necesidades de una ciudad como Arrecife, donde el ritmo del día a día convive con el dinamismo del comercio y el flujo constante de residentes y turistas.
Desde el punto de vista comercial, la llegada de Malvón suma. Suma variedad, suma competencia sana, suma opciones para el consumidor y, sobre todo, suma valor a la oferta gastronómica urbana. Cada nueva apertura genera empleo, dinamiza el entorno y contribuye a crear espacios más vivos, más transitados y más atractivos para quienes nos visitan.
Como consejero de Hostelería y Comercio, me alegra ver cómo Arrecife continúa avanzando en esta línea de diversificación y crecimiento. Como amante de la gastronomía, agradezco poder disfrutar en mi propia isla de propuestas como esta, capaces de convertir un bocado sencillo en una experiencia que apetece repetir.
Hoy Lanzarote gana un nuevo espacio donde compartir sabores, reunirnos y descubrir pequeños placeres culinarios. Y eso, sin duda, es algo que merece ser celebrado.


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